ACEPTANDO NUESTRAS EMOCIONES
De alguna u otra forma hemos aprendido que existen emociones que nos hacen sentir mal, por lo tanto, es mejor intentar hacer que se desvanezcan.
Ahora bien, ¿Favorece esta
reacción a nuestra salud emocional?, claro que no, seria como matar al
mensajero culpándolo por la inquietante noticia que nos trae, otro ejemplo,
imagínate que pasaría si un piloto de avión no le prestara atención al
instrumental que le este indicando que en uno de los motores algo esta pasando…Creo
que no te gustaría estar a bordo de ese avión.
Lo curioso es que muchas
personas actúan en el campo emocional como el piloto en cuestión, creen que de
nada sirve dedicar algo de atención a las emociones inquietantes, miedo, enojo, culpa, bronca, etc. No puedo sentirme así!! es la declaración de resistencia y rechazo. También es el
inicio de una pulseada agotadora, de un
tironeo interior que puede desencadenar en un mayor estado de malestar que
afecte la salud, las relaciones, el trabajo, el estudio ó cualquier otra
actividad que realicemos. Las emociones están presentes en cada acto de la vida
y pueden colaborar generosamente a nuestro bienestar. Todo depende de cómo nos
relacionamos con ellas, negándolas, rechazándolas ó dándoles atención.
Reconciliación emocional
¿De que manera te estas
relacionando con tus emociones?
¿Crees que te complican en
algo?
¿Sentís que las emociones
“negativas” te abruman?
Si respondiste que si a las
dos ultimas preguntas, probablemente estas considerando que las emociones
etiquetadas como “negativas” son un inconveniente en tu vida, pero en realidad
esto no es así. Para comprenderlo más claramente volvamos al ejemplo del piloto
de avión, en determinado momento el instrumental de vuelo mediante una señal
sonora le indica al piloto que algo pasa en uno de los motores entonces el
piloto reacciona y dice: Que ruido
molesto, no me deja tranquilo!!.
¿Era la señal el problema? No, su
función consistía en llamar la atención
sobre algo que debía ser atendido antes que surjan mayores complicaciones. Con
las emociones “negativas” se reacciona
de la misma manera, se busca eliminarlas sin percibir que nos quiere comunicar.
Para poder reconciliarnos con las
emociones “negativas”, precisamente es necesario quitarle la etiqueta. Las emociones
son recursos de los seres humanos, por ejemplo cuando sentimos miedo esté nos
esta avisando que puede existir una amenaza, es decir, nos señala que los
recursos que tenemos para enfrentarla quizás no sean suficientes y que es
necesario fortalecerlos ó desarrollar nuevos, por ejemplo, si transitamos por
una calle oscura probablemente sintamos miedo, nos esta diciendo, Avanza con cuidado y agudiza
la atención. Pero si al sentir miedo
automáticamente pensamos, Que tonto
cobarde como voy a sentir miedo!! Estamos reaccionando a la incomodidad que
nos produjo sentir miedo y no escuchamos con claridad el llamado a tener
precaución.
Lo favorable ó desfavorable de las
emociones no son ellas en si mismas, si lo es nuestra actitud, ya que determina
el tipo de relación que vamos a tener, reaccionamos rechazándolas ó las
escuchamos sin prejuzgar dándoles la atención que merecen. La salud emocional
es el resultado de la integración de las emociones estableciendo con ellas una
relación en armonía.
Una vez que aprendemos a vincularnos de forma adecuada con nuestras
emociones, la armonía lograda, permite un profundo entendimiento que ayuda a
evitar estados de conflicto con nosotros mismos y con quienes nos rodean.
Cabe una aclaración importante, cuando
me refiero a armonía y entendimiento, esto no significa decir que si
irreflexivamente a todo, se trata primero de establecer un estado de atención interno, para que a
partir de ahí, se pueda determinar con claridad que nos indica cada emoción.
Las emociones tildadas como “negativas”
también son parte de nuestra naturaleza humana, y a pesar de la mala prensa, si
facilitamos su expresión asombrosamente vamos a descubrir que resultan ser una
señal positiva que juegan a nuestro favor, siempre y cuando sepamos
escucharlas.